Si hay en este mundo algún ente despreciable, lo es, sin duda, el plebeyo protegido por los nobles, no para servir a la causa de su estirpe, si no para sostener los mas inicuos privilegios de sus patronos. Vende a sus hermanos quien sale del pueblo para servir de maniquí a sus hipócritas tiranos y para darles motivos que griten levantando las manos: <<¡ved si existe libertad en Roma, pues nosotros patricios también honramos un plebeyo! >> ¿Y podrían elevarle nunca si no consintieran en no formar desde entonces comunidad de intereses y de sentimientos con los de su clase? No hermano mió: si alguna vez ocupare yo un puesto eminente, seria conducido a el en los brazos y no sobre el cuello de mis compatriotas. -RIENZI-
viernes, 23 de enero de 2009
RIENZI, EL ÚLTIMO DE LOS TRIBUNOS
miércoles, 21 de enero de 2009
ARMANDO VALENZUELA RUIZ
Aunque pasan los días y tu ausencia se acrecienta, el espíritu se mantiene vivo en mi cabeza, tus ojos puestos fijamente en el futuro, estremecían mi alma haciendo que mi corazón gritara de orgullo y se llenara de confianza, aun recuerdo esa ultima tarde, tus palabras sabias, tu fe en la nueva generación, aun recuerdo como con entrañable amor me leías sobre todos aquellos héroes inmortales que mi alma no olvidara hasta que mis ojos se cierren y mi alma parta para encontrase contigo.
hoy tu eco es mas fuerte, mis sueños y el de toda mi nación se sostienen sobre tu voto de confianza y aliento, muchas veces me e preguntado, que poder mágico anima el corazón de los héroes, que impide que caigan aun soportando los flagelos e inclemencia de la multitud que arenga en las sombras por la sangre de patriotas que sueñan, viven y mueren por una bandera …..por un suelo.
los días pasan y nuestra necesidad crece, parias en un suelo extraño, en una era extraña, el hambre de patria, de un territorio para nuestros hijos y esposas, donde vivan libres sin la amenaza constante de la sombra que enamora corazones y se alimenta con las lagrimas de nuestro pueblo.
hoy viven tus sueños de tradición de libertad y tierra, muchos son los que nos han marcado el camino, que han dado rumbo a la necesidad de un espacio real para patriotas que buscan seguir su sangre, luchar por sus sueños y orar en sus templos, fuiste un icono, nos infundiste la confianza encarnada en raudales de ideas y de ejemplos.
Siento la necesidad de elevar esta plegaria, para que no olvides nunca a estos hijos que en la inocencia de su alma buscan rescatar lo que queda de su pueblo, dale fuerza a nuestros brazos para sostener la espada de la libertad, del sacrificio, devuélvenos la luz que hemos olvidado, devuélvenos el sueño y la esperanza de la libertad de la tierra, permítenos regar el futuro con nuestra sangre, permite a nuestros hijos cosechar una patria.
En tus manos nuestros hijos y esposas.
ARMANDO VALENZUELA RUIZ “EL VIENTO QUE HIZO MECER LA CEBADA”
Eduardo Romano
hoy tu eco es mas fuerte, mis sueños y el de toda mi nación se sostienen sobre tu voto de confianza y aliento, muchas veces me e preguntado, que poder mágico anima el corazón de los héroes, que impide que caigan aun soportando los flagelos e inclemencia de la multitud que arenga en las sombras por la sangre de patriotas que sueñan, viven y mueren por una bandera …..por un suelo.
los días pasan y nuestra necesidad crece, parias en un suelo extraño, en una era extraña, el hambre de patria, de un territorio para nuestros hijos y esposas, donde vivan libres sin la amenaza constante de la sombra que enamora corazones y se alimenta con las lagrimas de nuestro pueblo.
hoy viven tus sueños de tradición de libertad y tierra, muchos son los que nos han marcado el camino, que han dado rumbo a la necesidad de un espacio real para patriotas que buscan seguir su sangre, luchar por sus sueños y orar en sus templos, fuiste un icono, nos infundiste la confianza encarnada en raudales de ideas y de ejemplos.
Siento la necesidad de elevar esta plegaria, para que no olvides nunca a estos hijos que en la inocencia de su alma buscan rescatar lo que queda de su pueblo, dale fuerza a nuestros brazos para sostener la espada de la libertad, del sacrificio, devuélvenos la luz que hemos olvidado, devuélvenos el sueño y la esperanza de la libertad de la tierra, permítenos regar el futuro con nuestra sangre, permite a nuestros hijos cosechar una patria.
En tus manos nuestros hijos y esposas.
ARMANDO VALENZUELA RUIZ “EL VIENTO QUE HIZO MECER LA CEBADA”
Eduardo Romano
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