Si hay en este mundo algún ente despreciable, lo es, sin duda, el plebeyo protegido por los nobles, no para servir a la causa de su estirpe, si no para sostener los mas inicuos privilegios de sus patronos. Vende a sus hermanos quien sale del pueblo para servir de maniquí a sus hipócritas tiranos y para darles motivos que griten levantando las manos: <<¡ved si existe libertad en Roma, pues nosotros patricios también honramos un plebeyo! >> ¿Y podrían elevarle nunca si no consintieran en no formar desde entonces comunidad de intereses y de sentimientos con los de su clase? No hermano mió: si alguna vez ocupare yo un puesto eminente, seria conducido a el en los brazos y no sobre el cuello de mis compatriotas. -RIENZI-
viernes, 23 de enero de 2009
RIENZI, EL ÚLTIMO DE LOS TRIBUNOS
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