Si se quiere llegar a entender el pensamiento de ese gran tribuno que fue Rafael Uribe Uribe primero hay que comprender sus contradicciones, de joven, liberal radical y adherente al libre cambio, pero en su adultez, nacionalista revolucionario y combatiente por la autosuficiencia nacional. Como todo hombre de honor se caracterizaba por su valor, disciplina y espíritu revolucionario, su adherencia al nacionalismo le significo la vida pero a su vez marco un hito de aquellos que se plasman con sangre en nuestra bandera.
Uribe Uribe y su discurso de 1904 en el Teatro Municipal otorgó la esencia del modelo al cual aspira la Revolución colombiana, asumiendo el título de “Socialismo de Estado”, el mismo apelativo bajo el cual en el pasado el sistema lo había encajado a él y a otros pensadores, entre los que podemos encontrar, entre otros a Miguel Antonio Caro.
“Me he trasladado a otras regiones intelectuales y a una política más noble y serena” diría Uribe Uribe, el tribuno ya no representaba los intereses del Partido Liberal sino de algo mucho más grande “El resto de mi vida me dedicaré al servicio de mi país, como patriota, no de una variedad política…Ahora no soy nada más que un colombiano”.
POR UN ORDEN NUEVO EN UNA COLOMBIA NUEVA
El modelo estatal propuesto por Uribe Uribe se puede resumir en varios puntos, pero su medida más radical era la creación de una “Cámara del Trabajo”, que sería designada por “Elección profesional, emanada de los Sindicatos o Corporaciones que representan a los gremios organizados y a las entidades que ya existen”. La cámara del trabajo debe quedar dividida en tres secciones: “La de los intereses comunes (estadística, asistencia pública, comercio, finanzas, trabajos públicos, defensa nacional, relaciones entre el capital y el trabajo, enseñanza, higiene); la de intereses especiales: agricultura, minas, manufacturas, medios de transporte, bellas artes y pedagogía; y la de aplicaciones sociales: estímulo a los descubrimientos en invenciones, crédito, seguros, etc.” Los gremios y corporaciones eran más apropiados para garantizar no sólo la responsabilidad sino la eficacia en los asuntos por decidir “echados a perder por entrometidos presuntuosos que no los conocen ni tienen interés en ellos”.
El Estado Orgánico así concebido, significaba la participación directa del pueblo en la comunidad, la participación de lo que Uribe Uribe llamaría “fuerzas vivas”. Todo tendría que ser concebido de acuerdo a dicha base, los bancos debían cumplir funciones a favor del crecimiento de las cooperativas y a favor de los trabajadores a su vez todos los ministerios debían estar ligados a un factor de producción.
El modelo del trabajo, moldearía su tesis. Su lucha sería por “el ciudadano trabajador y virtuoso”. El hombre tenía derecho a los beneficios de su trabajo duro, cosa que lo llevaría a rechazar el sistema imperante de herencias que hacen según Uribe Uribe al hombre un “haragán corrompido”. Así puede concluir “Socialismo de Estado. No soy partidario del socialismo de abajo para arriba, que niega la propiedad, ataca el capital, denigra la Religión, pero declaro profesar el socialismo de arriba para abajo por la amplitud de las funciones del Estado”
El Estado según Uribe Uribe representante eterno de los intereses del pueblo, tendría a su vez la responsabilidad de la educación estética, encarnada en teatros populares, bibliotecas, gimnasios públicos, y conciertos nocturnos al aire libre.
Pero su radicalidad no pararían allí, Uribe Uribe deseaba la participación de los trabajadores asalariados en las ganancias de las compañías para ello fomento la formación de cooperativas, sindicatos o cualquier forma de sindicalización que le diese poder a los trabajadores.
Por último hay que denotar sobre el ideal de autosuficiencia y libertad, es decir de Autarquía, es donde Uribe Uribe concluye su ideal político: “Necesitamos fábricas de cerámica y cristalería…de productos químicos, drogas y perfumes, de pólvora…producción de acero, refinerías de petróleo, preparación y refinación de asfalto…con el fin de suprimir la importación de todos los artículos que puedan fabricarse con ventajas en el país, para lo cual puede contarse con la actual orientación de nuestra política que es realmente hacia el proteccionismo racional”.
SANTIAGO IASI
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