Enero 18 de 2011
DOCTOR
JUAN MANUEL SANTOS CALDERÓN
PRESIDENTE DE COLOMBIA
Ref:Derecho de Petición. Art 23 C. N.
PROYECTO LEY DE VICTIMAS (6 fls)
Señor Presidente:
Aplaudimos su iniciativa de tramitar y aprobar una ley que al tiempo que reconoce a las víctimas del conflicto, les otorga una reparación como gesto de solidaridad de su gobierno, reconstruyendo la verdad histórica y creando garantías de no repetición.
Mas el tema que nos interesa, por constituir fundamento ético e histórico, se refiere a la fecha desde la cual se inicie el reconocimiento de victimas, para lo cual es fundamental la certeza y la determinación de que el inicio de este conflicto armado subversivo ocurrió en la transición de las guerrillas liberales de los años 50¨s del siglo pasado, en guerrillas comunistas, en determinadas regiones del país. Esta soterrada mutación está suficientemente sustentada en investigaciones de la época y testimonios de testigos y victimas, incluidos textos de las mismas Farc que así lo reconocen, como también la paternidad del grupo ilegal armado por parte del Partido Comunista Colombiano. De suerte que mientras los partidos liberal y conservador sellaban la paz y se comprometían en la convivencia y la concertación, el Partido Comunista gestaba sus fuerzas guerrilleras iniciando otra guerra más cruel y prolongada que llega hasta nuestros días y a cuyas víctimas debe dirigirse la Ley propuesta por usted, señor Presidente. Las nacientes fuerzas guerrilleras comunistas, históricamente determinadas y ubicadas, realizaron desde entonces acciones criminales en regiones plenamente establecidas en nuestra historia del conflicto, llenando de sangre y luto humildes familias campesinas que murieron o fueron desterrados ( vocablo de la época) sin tener, hasta ahora, auxilio, apoyo o reparación que mitigara su dolor. Es de resaltar que en su gran mayoría, aquellas primeras víctimas, fueron del Partido Liberal, victimas que pertenecían a las direcciones departamentales y municipales del Partido y que fueron eliminados en el más asombroso silencio e impunidad.
Excluir a las víctimas del accionar criminal de las incipientes guerrillas comunistas de los señalados años 50´s, sería un inadmisible acto de invisibilización de víctimas de la guerrilla. Pero también quedarían invisiblizadas las víctimas de las guerrillas de los años 60’s y 70’s, desconociendo insosteniblemente que esas fueron las épocas en que nacieron públicamente las FARC, ELN, EPL, M-19 y demás organizaciones guerrilleras que desde entonces produjeron víctimas civiles y militares. Esta parte de la historia del conflicto no debe invisibilizarse tampoco, porque puede entenderse como acto de impunidad y manipulación de la memoria misma del conflicto. Tiempos aquellos en que contaron con apoyo financiero, armamentista, político y de instrucción, por parte del movimiento comunista internacional, con su satélite cercano establecido en Cuba desde 1959.
Como víctimas de este conflicto armado subversivo, víctimas de las guerrillas comunistas, conflicto iniciado a continuación de la desmovilización de las guerrillas liberales en 1953, solicitamos al señor Presidente, que no permita la invisibilización de las víctimas de la guerrilla y se plasme en la Ley la calidad de víctima de este conflicto armado subversivo de conformidad con las acciones criminales realizadas por las organizaciones comunistas en armas que se encuentren documentadas como de su autoría desde mediados de la década de los años 50’s del siglo pasado.
Declarar víctimas excluyentemente a los que cayeron o sufrieron atentados o persecución a partir de 1985 o 1991 y no desde la creación y vigencia criminal de las FARC, o de sus grupos fundadores del camarada y miembro del Comité Central, Jacobo Prias Alape, quien desde 1955, en el sur del Tolima, con su lugarteniente, alias “Tirofijo”, se dedicaron a asesinar, desplazar y perseguir a cuanto colombiano no se le plegaba a sus imposiciones comunistas, no sería éticamente correcto, ni históricamente equilibrado. Abundan pruebas de otros miembros del PC que en la década de los 50`s y 60`s del siglo pasado, organizaron bandas criminales y asolaron diferentes regiones de nuestra geografía, llenando de sangre inocente los campos colombianos. Las Regiones del Sumapaz y Tequendama en Cundinamarca y los municipios del Oriente y Sur del departamento del Tolima; Los municipios del Ariari en el Meta, con su escenario de terror y exterminio liberal en el naciente caserío liberal de Mesetas en 1960;
Si bien es innegable que espontáneas guerrillas liberales se forman en el período 1949-53, en regiones como el Tolima, los Llanos y Santander, no es menos cierto que se desarman y amnistían, encabezadas por sus líderes naturales, GUADALUPE SALCEDO, DUMAR ALJURE, VICTOR Y MARCOS JIMENEZ, entre otros, en la paz de 1953. Pero la tan anhelada paz no llega a los hogares campesinos. Grupos organizados y dirigidos por miembros del Partido Comunista colombiano desatan la más feroz violencia, persecución y consolidación política en las regiones habitadas por personas que habían pactado la paz con el gobierno. Sus actos de violación y agresión produjeron un alto número de desplazados que, desde aquel momento - 1953-, se ha incrementado hasta nuestros días.
A manera de dato que corrobora lo anteriormente expuesto, es bueno señalar que en la década del 50 la población rural se estimaba en un 60%- 70% y la urbana en 28%- 38%. En 1973, la población rural había disminuido a 36% y la urbana se había incrementado a 63%. Estas cifras muestran claramente que la violencia - ya no partidista - en el campo, ha tenido verdaderos comportamientos sistemáticos desde la década del 50. Es conveniente citar a el extinto líder liberal LUIS CARLOS GALAN, quien refiriéndose a la violencia a partir de 1953 dice: "En esta etapa el Partido Comunista se convirtió en el principal orientador de la guerrilla".( Arturo Alape, La paz, La Violencia. pg 181 ).
Como ejemplo mencionemos que JACOBO PRIAS ALAPE, alias CHARRONEGRO, miembro del Partido Comunista desde 1941, Secretario General del Comité regional del sur del Tolima y Cauca y elegido en 1958 por el octavo congreso del Partido Comunista, como miembro del Comité central, públicamente posaba de liberal para poder engañar - como lo hizo - al campesinado y lograr armar a cerca de quinientos hombres, que bajo sus órdenes cometieron miles de asesinatos, torturas, y toda clase de crímenes contra indefensos pobladores sin discriminación de edad, sexo o religión, con la única intención de imponer por la fuerza el dominio político comunista. Sus huestes asolaron regiones como Aipe, Neiva, Palermo, Teruel e Iquira, en el Huila, y Ataco, Natagaima, Prado, Dolores y Alpujarra, en el Tolima, así como varios municipios del departamento del Cauca.
A su muerte, sucedida en enero de 1960, asumió el mando de la cuadrilla MANUEL MARULANDA VÉLEZ ó PEDRO ANTONIO MARÍN – a. TIROFIJO -, quien era su lugarteniente, y por lo tanto participó en todas las actividades criminales de CHARRONEGRO. En el periódico "Voz de la Democracia", órgano del Partido Comunista Colombiano, el 21 de enero del 60, Gilberto Vieira, refiriéndose a la muerte de Charronegro, manifestó:" asesinaron cobardemente al héroe de la resistencia guerrillera, dirigente comunista... ".
A partir de 1951 "Charronegro" y " Tirofijo " penetraron e invadieron con su guerrilla comunista la región de Riochiquito, al oriente del Cauca, en los límites con el Huila. Región de asentamiento indígena, en su mayoría Paeces, que vieron como se les violentaba su cultura para consolidar y dominar la zona por parte de estas guerrillas comunistas a las que los indígenas se oponían por ser extraños a sus tradiciones. Para tener una dimensión de la acción criminal ejecutada allí, y contra los indígenas, comenta Carlos Arango en el libro "Las Farc, veinte años": "La gran mayoría se resistía a la penetración de la guerrilla...pasó mucho tiempo antes de que los indios aceptaran a los guerrilleros de Charronegro y Marulanda ". La dominación llegó a extremos insospechados, a tal grado que los comunistas armados impulsaron "la realización de una serie de conferencias y asambleas abiertas con todos los pobladores, en las cuales se dictaminaron tanto las normas que debían regir en la región como los precios de los artículos que se producían... los mecanismos para el nombramiento de sus dirigentes y la forma de mantenimiento del orden interno ". ( Eduardo Pizarro L., Las FARC 1949-1966, pg 172 ). Con lo que se concluye que la imposición fue violenta y sanguinaria contra el pueblo Paez, suplantando su cultura, adoctrinándolos y sometiéndolos por la fuerza en ideologías comunistas. Queda en evidencia que importantes violentólogos e historiadores del conflicto, hacen referencia a la década de los años 50`s del siglo pasado, como época de acciones violentas ejecutadas por grupos armados comunistas en guerrillas, como inicio de este conflicto armado.
Un pequeño grupo de desplazados por la violencia subversiva generada por las guerrillas comunistas que desde la década del 50 operan en El Sumapáz y Tolima, huyó por el páramo de Sumapáz hasta llegar a la región de "La Uribe", fue conocido como "los veintiuno". Entre ellos figuraban los cuatro hermanos Varela. Estas personas se dieron a la tarea de colonizar, y así fue como fundaron en lo que hoy se conoce como el municipio de Mesetas, en el Depto. del Meta, un pueblo liberal, en 1959. A los pocos meses de fundado Mesetas, un hecho enlutó la paz del nuevo caserío: la muerte violenta de los hermanos Varela por orden de su hermano comunista, el “líder agrario“, Juan de la Cruz.
También fueron asesinados, en aquella época, los líderes liberales del Sumapáz y el oriente del Tolima: En Villarrica a Ángel María Jiménez; Blas Ortegón, dirigente de Cabrera, Cundinamarca; Félix María Rangel, Diputado de Cundinamarca; Fermín Gaitán, dirigente de Icononzo, Tolima; Rafael Caicedo, Dirigente liberal de Icononzo; José Orozco, dirigente de Cunday, Tolima; José Lautero, de Icononzo, Tolima; Marcos Jiménez, asesinado en su finca en Melgar, Tolima, delante de su esposa e hijos y muchos otros líderes liberales.
No es tarea fácil reconstruir la lista de los crímenes cometidos por las primeras bandas guerrilleras comunistas durante las décadas del 50 - 60, pues las muertes secretas o sin testigos, las aguas cómplices de los ríos o la intimidación hacen difícil tal tarea. Sin embargo, el historiador Alonso Moncada, en su obra "Un Aspecto de la Violencia ", editada en 1963, se da a la labor de recaudar pruebas testimoniales, indiciarias y documentales con las que presenta, de manera irrefutable, cifras escandalosas que sobrepasan los 400 homicidios cometidos por VARELA, tan solo durante los años 1959-1961. Estos crímenes se detallan en la obra mencionada con nombre del occiso, fecha del crimen y testigos, así como descripción de las mencionadas víctimas, desde inocentes niños, mujeres, ancianos y la realización de masacres, en general, llegando al extremo increíble del asesinato de los señores Silvino, Ismael, Jesús y Marco Lino Varela por las guerrillas comunistas que comandaba su propio hermano, Juan de la Cruz Varela.
SALOMÓN MARÍN, alias "Capitán Gordo", fue otro miembro del Partido Comunista Colombiano quien con su grupo guerrillero cometió crímenes y violaciones en regiones de Antioquia y Urabá, en la década del 50.
JULIÁN ESCOBAR y ROBERTO GONZÁLEZ PRIETO- alias Pedro Brincos- miembros del Partido Comunista Colombiano. Bajo la dirección de ANTONIO LARROTA, operaron con su grupo guerrillero en la región de Urabá, en 1960.
LUIS ROBERTO MANJARRES, alias "Carlos Restrepo", Fue secretario político regional del Partido Comunista Colombiano. Con su grupo guerrillero asoló la región de San Juan de Rioseco, antes de 1960.
ISAURO YOSA, EL MAYOR LISTER Y PLINIO MURILLO- alias capitán veneno-, miembros del partido Comunista Colombiano, organizaron las guerrillas en la región del Ariari- Meta, a órdenes de Juan de la Cruz Varela, antes de 1960.
Los sobrevivientes de esta despiadada carnicería comunista se vieron obligados a abandonar sus propiedades para salvar sus vidas. En el presente, los ancianos, viudas y sus humildes descendientes y huérfanos se encuentran, en su mayoría, en situación de desplazados. Esto nos da una idea de la magnitud del dolor y el trauma de estas víctimas, habida cuenta que, en su gran mayoría, las familias de los asesinados o amenazados debieron abandonar sus propiedades, adquiriendo la dolorosa situación de desplazados. Fueron migraciones silenciosas que nunca terminaron en tomas de dependencias oficiales, ni en invasiones de predios: sólo buscaban salvar sus vidas, y no patrocinar protagonismos políticos para manipular decisiones gubernamentales. Cuando hablemos de desplazados, tenemos que, en honor a la verdad, referirnos a todos los colombianos que desde hace 55 años han sido victimizados por estos grupos subversivos.
Señor Presidente: Estamos en condición de colaborar en el acopio de suficiente información a este respecto, para que no quede duda alguna en que la fecha que se establezca en la Ley de víctimas, como inicio de su aplicación, debe ceñirse a la verdad histórica y el acerbo probatorio disponible en la gran bibliografía existente sobre el conflicto subversivo colombiano, evidenciado y reclamado comedidamente en este petitum de víctimas de la guerrilla.
Creemos, Señor Presidente, que el desequilibrio en la información y en el debate de tan importante proyecto de Ley de víctimas, tiene sus causas en el desconocimiento que desde la creación de la Comisión Nacional de Reparación –CNRR-, se hizo de las organizaciones representativas de las víctimas de la guerrilla, creándose un caso de típico desconocimiento de derechos de victimas en la conformación de tan importante organismo, por lo que hemos pedido, comedidamente, su intervención Señor Presidente, para recuperar nuestra representación allí y equilibrar procesos y participaciones de victimas, como en este caso.
Señor Presidente, comedidamente exhortamos a usted, a no permitir en la Ley de Victimas, la invisibilización de las víctimas de las guerrillas comunistas y en cambio, en admirable gesto humanitario, rescate con su liderazgo, la dignidad mancillada, por el olvido y la impunidad, de aquellas viudas, huérfanos y desterrados, de esas épocas aciagas. Colombia tiene una deuda pendiente con este sector de la población colombiana, sus hermanos, quienes no han recibido una ayuda real, ni siquiera un gesto solidario, pero que esperan confiados, su reconocimiento como víctimas, señor Presidente.
Con el debido respeto,
Fernando Antonio Vargas Quemba
Presidente
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Bogotá, Colombia
cc Dr. Germán Vargas Lleras. Ministro del Interior y Justicia
Dr. Miguel Samper Strouss. Dir. Justicia Transicional. Min. Interior