François Duprat, fue uno de esos nombres que resonó, no sólo por su ingenio y elocuencia, sino por su radicalidad e innovación. Catedrático de la Universidad de París, Político honesto y radical y sobre todo incendiario tribuno. Fue conocido por toda Europa por sus escritos, pero la difamación de sus ideas después de su muerte y la persecución que sufrió en vida, dilataron su influencia. Pero sobre todo su vil asesinato perpetrado por el equivalente francés de la fracción del ejército rojo, que dejó una bomba en el asiento del copiloto donde se sentaba Duprat y que terminaría por dejar desfigurada a su esposa que iba al volante.
Duprat fue miembro de los principales movimientos del nacionalismo-revolucionario francés, entre otros fue co-fundador de la Confederación de Estudiantes Nacionalistas (FEN) y líder del grupo nacionalista radical Ordre Nouveau. Su labor catedrática fue puesta en duda aún antes de que fuese líder de Ordre Nouveau, perseguido a su vez por los estudiantes comunistas que no dudarían sacarlo de su salón de clases, propinarle una paliza para después dejarlo inconsciente y desnudo.
IDEAS
Ninguna de las humillaciones recibidas importaba, Duprat entendió a Francia como una nación colonizada y él compartía la responsabilidad de descolonizarla del Imperio Yankee y lo único por lo cual él podía luchar era la voluntad de ser libres. Los izquierdistas traicionaban el ideal nacional de la mano con las derechas, ambos aceptaron sin dudarlo las principales ideas que imponía el colonialismo demográfico, entre las que podemos incluir el aborto (o el asesinato en masa debidamente preparado), la destrucción del núcleo familiar francés, la relativización de la identidad nacional en las juventudes francesas, a nombre de ideales internacionalistas diseñados para desmontar cualquier tipo de resistencia nacional a futuro.
El capitalismo no era más que una formula económica que lideraba a la esclavitud de Francia y para liberarla había que retomar las vías económicas especialmente los medios de producción y la banca, que según Duprat se encontraban en forma directa o indirecta en manos de extranjeros, o de “nuevos ricos” que no dudarían jamás en explotar al trabajador Francés.
El Estado-Nación del que hablaría y lucharía François Duprat, era el motor de la historia, era parte del plan de cohesión y de cooperación mutua entre diversos participantes de un grupo histórico. Pero ser nacionalistas no significaba hostilidad contra las otras nacionalidades “muy al contrario, creemos que una Nueva Francia tiene como objetivo el ayudar a otras naciones-hermanas a adquirir el mismo tipo de independencia que ella”. La nación por tanto era la unión orgánica de elementos que no representa una unión sin consistencia y atravesada en su interior de tensiones destructivas. Al respecto diría “la jerarquía se debe dar exclusivamente por los meritos, lo que hace una necesidad el liquidar las fortunas vagabundas, los enriquecimientos sospechosos o puramente especulativos, porque el pueblo debe organizarse como una comunidad de productores según el principio mismo del verdadero socialismo "A cada uno según sus méritos". La comunidad nacional es un instrumento de integración…(para que todo ciudadano tenga) una participación global de los beneficios de la producción nacional”
“El Estado Popular debe ser un Estado donde la gente ejerza plenamente sus derechos políticos”. Esto se daba según Duprat por una oposición absoluta a la visión típicamente reaccionaria que considera que el pueblo es incapaz de pronunciarse sobre los principales problemas de su país. “El Estado así concebido está directamente ligado al pueblo y sólo puede existir a través de él y para él”.
Duprat entendía que el capitalismo monetario había diseñado una estrategia para obligar a los pueblos del tercer mundo a rechazar a sus ciudadanos más humildes, para luego expulsarlos a Francia y Europa y usarlos como elementos de segregación y mano barata. Duprat se opondría por tanto al proceso de inmigración en masa, entendiendo no sólo sus consecuencias sino principalmente sus responsables. Duprat por tanto no dudaría en brindar su apoyo a las causas del tercer mundo creando un “grupo de unión contra la guerra en Palestina” y por su liberación.
Duprat siempre entendió los peligros que implicaba su lucha, “Los explotadores de la nación no aceptaran ser privados de su botín sin defenderlo antes con una determinación salvaje. Si la amenaza se convierte en realidad, violarían sus diseños humanitarios sin dudarlo y responderán con el terror.” Había exponentes del nacionalismo más importantes que Duprat para el momento que fue asesinado, él era simplemente un candidato a las elecciones legislativas de 1978, pero el peligro de su idea lo hacía un objetivo político imperante para el sistema, él lo sabía pero siempre pidió y ejerció un puesto en la VANGUARDIA..
SANTIAGO IASI
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