“En estos días de cinismo patriótico, algunos lectores pueden sentirse inclinados a no creer en la conducta de los fanáticos de masada. Yo orientaría las dudas de esos infortunados a unos mártires más contemporáneos, como por ejemplo los de Hungría, que desafiaron a los tanques Rusos con piedras, y a los que como el Checo Jan Palach,(1) eligieron dar la bienvenida a los invasores Rusos con la autoinmolación.
Valientes que de una u otra forma, decidieron que la vida no valía la pena ser vivida sin lo que ellos, personalmente reconocían como libertad. Todas estas son, verdaderamente, personas de hoy y, sin duda alguna, existirán más de ellas el día de mañana.
En nombre de la libertad, empleando irrespetuosamente, el hombre continuo siendo la única criatura de la tierra que hace la guerra a sus propios congéneres. Cualquiera que se halle convencido de que el patriotismo ha muerto, No ha aprendido nada de la historia antigua y tampoco conoce la historia contemporánea”.
En días pasados en una entrevista concedida al espectador, me preguntaron cual era la pocision política de VANGUARDIA NACIONAL, nos exigían la definición de nuestro nacionalismo dentro de la tradicional cultura bipartidista de nuestro amado país, incluso intentaban armados con una falsa sonrisa empujarnos al abismo temático de la reelección de Álvaro Uribe.
Es por esto que decidí, escribir este artículo recopilando algunas imágenes internacionales que inspiran nuestra lucha y nuestras metas como hijos criados en una tradición de lágrimas y sangre alimento diario de un pueblo atormentado por los partidismos del país político tanto de derecha como de izquierda.
Quienes somos no es solo una incógnita para el periodista y el ciudadano común, aunque nuestros detractores han hecho un buen trabajo señalando y encasillándonos como partidarios de regimenes autoritarios y dictatoriales, a pesar de esto la gente no se convence de sus mentiras ya que la realidad que transmitimos a través de nuestra iconografía y nuestro trabajo habla de la mezcla de luchas civiles y estatales que en su momento han sido apropiadas en función de la partitocracia por los plutócratas derechistas y los revolucionarios izquierdistas.
Entonces cual es nuestro nacionalismo?
Nuestro nacionalismo es sublime es amor sin condicionamientos por la tierra y por su pueblo, un orgullo nacional e hispanoamericano sin limites que nos embarga al ver las luchas en las ciudades colombianas y en las demás ciudades latinoamericanas.
Nuestra alma vibra en el sentido libertario del estoicismo y la sublimación condensado en la justicia, el orgullo indígena, hispánico y negro que conforma nuestro país nacional martirizado y manipulado por tanto tiempo, nuestro nacionalismo es inspirado en las gestas de las madres y esposas de los guerreros de corazón puro inundado en hambre de paz y de justicia social frente al deber moral y social de los hombres con sus hermanos.
Creemos en la sangre de nuestras venas inundadas de Agar, Monteczuma, Gaitan, Uribe Uribe, Quintin Lame, Villa, Zapata, Valenzuela, Corsi, Bioho, Perón…sangre de reyes carlistas de caciques Incas, Aztecas, Muiscas, Mayas…somos colombianos con conciencia panamericanista que buscan recuperar su identidad y ofrecer un nuevo corazón a la patria un corazón inspirado por las luchas y sacrificios de nacionalistas alrededor del mundo, cuyo sacrificio a convertido sus nombres en un baluarte de la libertad y la justicia imbuidos en su máxima
Dios y pueblo articuladas al binomio estado y fuerzas militares.
Somos y seremos nacionalistas antiplutocraticos y anticomunistas
Por que no cederemos al individualismo personalista ni al colectivismo personalista
(1) JAN PALACH - LUCHADOR CONTRA AGRESIÓN SOVIÉTICA '68
Jan Palach En la carta que escribió antes de inmolarse, Jan Palach demandaba la abolición de la censura. Es decir, con su muerte quiso alertar sobre la mentira, sobre la tergiversación de la verdad. La abolición de la censura en 1968 fue la más importante conquista que el movimiento popular arrancó a los dirigentes del Partido Comunista de Checoslovaquia. La libertad de expresión que logró reinar en la Checoslovaquia de entonces sólo unos pocos meses, irritó al máximo a la cúpula del Partido comunista soviético y fue una de las causas que pusieron en movimiento a las tropas del Pacto de Varsovia que el 21 de agosto de 1968 invadieron Checoslovaquia.
Los ocupantes soviéticos empezaron a publicar el periódico titulado "Noticias" en el que la brutal agresión era llamada de "ayuda fraterna." En una misiva escrita antes de su muerte, Jan Palach exigía que el Gobierno checoslovaco prohibiera la circulación del burdo panfleto divulgado por las tropas de ocupación. El joven quiso alertar con su sacrifico a la opinión pública para que ésta se opusiera a la insidiosa infiltración de la mentira.
Pocos días después de la muerte de Jan Palach tuvo lugar un intento de escamotear el sentido político de su sacrificio. En una reunión de los comunistas más ortodoxos, celebrada en Praga, circuló un panfleto que rezaba:"Jan Palach pretendía emplear un líquido especial que produjera la llama fría, pero alguien se lo cambió por gasolina. Así se produjo la autoincineración."
Prensa sobre Jan Palach Sin embargo, el secretario de Estado del Interior desmintió la patrana sobre la supuesta llama fría. A comienzos de 1969 ni el propio Ministerio del Interior se atrevía a desvirtuar la realidad. No obstante, cuando en abril del mismo ano tomaron las riendas del poder los sectores más dogmáticos del Partido Comunista de Checoslovaquia, encabezados por el secretario general, Gustáv Husák, los agentes de la policía secreta desarrollaron numerosas operaciones para borrar de la memoria de la nación el sacrificio de Jan Palach.
En sus operaciones anti-Palach, la policía secreta atropellaba todas las normas civilizadas. Dichas operaciones se centraron en la tumba de Jan Palach, en el praguense cementerio de Olsany.
En la sepultura de Jan Palach siempre ha habido muchas flores y han ardido velas en su memoria. Mayor número de personas acudía al cementerio el día 21 de agosto, aniversario de la invasión de las tropas soviéticas en 1968, y el 16 de enero, aniversario de la autoinmolación de Jan Palach. Entre la multitud solía haber numerosos agentes de la policía secreta que exigían a los presentes que se identificaran. Frente a la puerta del cementerio solía patrullar un carro policial.
La madre de Jan Palach debía comparecer a menudo a la administración del cementerio donde unos senores -ella no sabía si gerentes del cementerio o agentes de la Seguridad del Estado- la instaban a trasladar los restos mortales de su hijo al pueblo natal de Vsetaty.
En agosto de 1973, la senora Palachová ya no pudo acercarse a la tumba de su hijo ya que la misma estaba rodeada de vallas. Ante nuevas intimidaciones sintió miedo y acabó por ceder a las presiones. En un día otonal del ano 1973, a las cuatro de la madrugada, los agentes de la policía desenterraron los restos mortales de Jan Palach y los incineraron en el crematorio cercano. A la madre le entregaron la urna.
Con estos actos delirantes la policía secreta del régimen totalitario no logró nada. Jan Palach seguía inspirando a la lucha por la verdad, convirtiéndose para la joven generación en el símbolo de sus anhelos de libertad. Ello se puso de manifiesto en enero de 1989, al conmemorarse el 20 aniversario de su sacrificio:
Durante una semana se registraron en la praguense Plaza de Venceslao enfrentamientos entre jóvenes manifestantes y la policía. En las dramáticas jornadas de la llamada Semana de Jan Palach empezó a gestarse el poderoso movimiento que en el otono- invierno de 1989 derrocó en Checoslovaquia el poder totalitario.
http://archiv.radio.cz/espanol/historia/osobnost.phtml?cislo=79
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